viernes, 8 de octubre de 2010

Pokemones Y pelolais

Mucho se ha hablado en el último tiempo sobre  "pokemones" y "peloláis", las dos tribus urbanas más comunes que pululan por estos días en nuestro país. Estos grupos están conformados por jóvenes entre 12 y 22 años, quienes han saltado a la palestra por su manera diferente de pensar, vestir y carretear.

A  estas dos agrupaciones juveniles los separa el estrato social:  Los pokemones pertenecen a la clase media-baja, mientras que los peloláis son ABC1. Sin embargo, hay una cosa que tienen en común: Ambos son sumamente consumistas.

Viven en un mundo de fantasía, donde todo gira en torno a la ropa que podrían comprar, al carrete, el "ponceo" -palabra que se inventó en el grupo pokemón y que significa buscar distintas parejas durante una noche de juerga-, a sus peinados,  la música, el baile y, en general, a su estilo y cómo deben vivirlo.

¿Cómo son?

Las características físicas en estas tribus son marcadas por ellos mismos. Es casi una uniformidad a pesar de que buscan la diferencia.

En el caso de los pokemones, estos llevan chasquilla y son amantes del reggaeton. Los hombres usan patillas largas, el pelo cortado en mechones, muchas veces teñidos de colores, zapatillas caña alta estilo Converse y pantalones caídos. Las mujeres, collares de perlas plásticas, variedad de pinches y pulseras, y gran parte de la ropa que usan es con lunares o rayas.  Se alisan el pelo y poseen varios piercing en su rostro y cuerpo.

Las peloláis son, en definitiva, las "cuicas":  deben tener el pelo liso, ojalá rubio y largo. Después están las onduláis que son chicas de cabello crespo e igualmente largo. Tienen rasgos finos y son  delgadas, usan ropa de marca, pero no ocupan mayores adornos ni cursilerías. Nunca bajan de Plaza Italia.

El sociólogo Pedro Castillo atribuye este fenómeno a la búsqueda de identidad, “donde ellos tienen que verse distintos a los adultos, pero se quieren ver iguales a sus pares para identificarse entre ellos mismos, eso les da seguridad”.

Los fotologs son uno de los grandes hobbies de los peloláis y pokemones. Ahí muestran su vida, transformándose en una ventana abierta a que los conozcan libremente en su intimidad y sin ningún pudor. El sociólogo asegura que “los jóvenes de estas tribus no sienten vergüenza de exponerse, porque para ellos es parte de su vida social, es la forma en que hacen relaciones con sus pares”.

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